Es fácil pretender ser valiente.

Al mundo le llegó la tan hablada “pandemia”, y ahora estamos viviendo el retorno a la “nueva normalidad”, al mundo “post pandemia”, o cualquier otro calificativo que se haya asignado a nuestra situación actual.

Han sido meses bien duros para todos, en temas personales, de salud, de trabajo, de incertidumbre en general.

Y lo más fácil, es pretender ser valiente. Pero creo que lo que realmente demuestra valentía, es admitir el miedo que hemos enfrentado y que seguimos enfrentando muchos de nosotros.

Personalmente, yo tengo miedo; de lo que pueda pasar, de cómo vienen las cosas, y por primera vez en mucho tiempo, no tengo la certeza de lo que va a suceder, ahora entiendo que la certeza que tuve mucho tiempo era más una ilusión que una realidad que me daba cierta seguridad de lo que iba mas o menos a suceder y como iba a enfrentarlo.

Durante este año, he vivido muchas situaciones personales y laborales que me han cambiado la perspectiva, y quiero compartirla pues estoy seguro de que muchos, sienten más o menos lo mismo.

Mi principal miedo hoy en día es tener arrepentimientos y remordimientos.

Creo que renunciar a experimentar cosas nuevas en la vida, lleva a un camino lleno de arrepentimientos.

Los arrepentimientos son esas cosas con las que tendremos que vivir y nos atormentaran y seguirán durante el resto de nuestra vida y lo que venga después.

El presente es demasiado poderoso como para que lo ignoremos.

A pesar del miedo y la incertidumbre, cada uno de nosotros podemos hacer muchas mas cosas de las que pensamos.

• Si has pensado en cambiar de trabajo, hazlo.

• Si has pensado en cambiar de carrera, hazlo.

• Si has pensado en cambiar de residencia, hazlo.

• Si has pensado en adoptar un hábito o actividad nueva, hazlo.

Deja de vivir para llenar las expectativas de los demás.

Puede ser lo mas increíble que te ha pasado, o la peor decisión que has tomado. Pero no te arrepentirás nunca de no haberlo hecho.

“Nunca nadie se arrepiente de ser valiente”, supuestamente le decía el manager argentino Hugo López a Luis Miguel.

Los leo.

Porro